Sarandí Grande
Fraternidad. El título de 1ª división ya invita a soñar con el tri en 2018
Por Dino Cappelli
Con la base de Boquita y los goles de Andy, Fraternidad fue el mejor de la temporada
Muchos podrán objetar que este Fraternidad no tiene la impronta de su gente. Y tendrán razón. Se podrá aducir que la victoria del 2017 fue cimentada desde el libro de pases, apoyada en el poder económico de una institución que trabajó todo el año para lograr la solvencia de la billetera. Y tendrán razón. Pero ello no le quita ni le podrá quitar méritos a la coronación del equipo más ganador del año, el más contundente, el que forjó la mejor defensa y el ataque más letal. El que dio vuelta partidos –como ante Peñarol en el Apertura, como ante Pintado en el final del Clausura-, el que a diferencia del primer torneo del año cuando la conquista fue con abultado margen, en el reciente certamen la tuvo que pelear desde atrás.
En uno y otro caso, Fraternidad amalgamó jugadores de Boquita –en su gran mayoría- y de Barrio Viña –algunos casos, como Joaquín Mosca- con los del club, y así el DT Robert Sastre pudo contar con un elenco de figuras desequilibrantes.
Por eso ver la vuelta olímpica de colores amarillo y verde tenía mucho de azul y oro, al notar la presencia de Matías Brascesco –“todos saben que soy hincha de Boquita-, Matías Cuadri, Facundo Bracco, Damián Viazzi, Fundarena, Pablo Pérez, Facundo Cordero.
Aquellos que se formaron en el baby fútbol, los mismos que le dieron el ascenso a la divisional de privilegio en el fútbol de Florida, aquellos que vuelven a Boquita, hoy hicieron festejar a Fraternidad.
Por eso la crítica de algunos, pues se entiende que la titularidad de algunos fue en detrimento de varios jugadores del club, algunos devenidos hacia Reserva, otros alejados de la institución.
Sin embargo, a la hora de la celebración, todos cantan en la fría noche del Parque, el domingo. Y las fotos dirán para la historia que alguna vez, en 2017, Fraternidad fue bicampeón y comenzó a soñar con el tricampeonato.
Y estos volverán a decir que habrá que seguir trabajando para hacer un buen papel en OFI, el año que viene. Pero para ello habrá tiempo, porque los que hablan pueden ser muchos pero los que festejan son esos jugadores, sin importar de donde vengan.