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Una noche de alegría y de furia…
NACIONAL GANÓ LA TEMPORADA EN BUENA LEY
Escribe Jorge Benoit Assanelli
Fotogaleria de Luis Gimenez Pedrín
EL PARTIDO
Luego de 88 años el tricolor de La Calzada agregó una tercera estrella en su palmarés.
Un partido que convocó a mas público que en la final anterior y que fue jugado con los dientes apretados por lo que el fútbol que ambos equipos están capacitados para desplegar no fue el mejor.
Un arbitraje que no estuvo a la altura de las circunstancias y que sin incidir en el resultado, se manejó en la ambiguedad de tarjetear a los actores sin medir las consecuencias, como la expulsión de Larrosa que fue fruto de un desacertado cartón sacado a los 30 del 1ero. Luego algunas faltas descalificadoras que en algunos casos ni con un «limón» se les advirtió.
Eso fue calentando un partido que comenzó a decidirse una vez Sanner anotara la apertura con brillante definición. River estuvo cerca de igualar a puro temperamento pero las acertadas intervenciones de Bermudez mantuvieron al tricolor con ventaja hasta los minutos postreros que determinaron la goleada que A Ruétalo y Gonzalez sellaron con tantos oportunísimos. Nacional es el Campeón y el «Huracán de la Calzada» levanta la copa con absoluta razón.
EL DESPUÉS
Al finalizar el partido escenas censurables. Si titulamos como lamentable la agresión de Alcoba a Sosa, lo ocurrido anoche fue lúgubre, triste, funesto, siniestro.
Ahora bien ¿quién es o son los responsables del hecho?
Lo mas fácil es culpar al jugador o los jugadores que encendieron la llama. Todos los que estuvimos dentro de la cancha sabemos lo que se habla en los campos, sabemos quienes obran de «buena leche»… y los otros.
En el marco de los incidentes y viendo las fotos que están en la galería hay gente muy bien intencionada que intenta en todo momento calmar las aguas.
Se acusa específicamente a Lucas Urbán como iniciador de la batahola…que tras de si vendría una horda de hechos sin justificación, pero hete aquí que llegamos como siempre a «causa-consecuencia»: ¿Qué le dijo Aguilera -asistente de Guardia-a Urbán?
Desde las finales del Declaratoria todos venimos asistiendo a ese «enfrentamiento» sin que nadie hiciera nada. Ni la prensa, ni los clubes (dirigentes) ni colegas (llámese jugadores o Entrenadores).
Ahora todos nos lamentamos, nos rasgamos las vestiduras, decimos «que horror, que verguenza» pero fue algo que se podía preveer. Cuando los mal llamados códigos del fútbol se rompen, tras de si ocurre lo que anoche absortos vimos a escasos metros.
No va a ser la primera ni la última vez que haya un lío dentro de una cancha…seguramente en pocos días asistiremos por televisión a algún hecho más grave aún.
La violencia engendra violencia y no es solo la física de la que escribo. Hay un componente verbal que los que transitamos por todos los estratos del fútbol deploramos, rechazamos siempre y duele más, mucho más, que la de hecho.
Vemos, sentimos, palpamos que hay un ambiente de impunidad para actores que desde fuera y dentro de la cancha hacen los que se les antoja sin que sean apercibidos.
Que la de anoche sirva de ejemplo a la hora de tomar determinaciones -los clubes primero- y luego los tribunales respectivos.
Ahora es tiempo…antes de que sea tarde.
