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Mercedes. Consejo Departamental despidió la temporada

Por Mauricio Alfonso
Presa de la violencia, la pelota no está en el ropero, esta triste y dañada
Acción en la REGION. Si bien el festejo anoche del Consejo de la Liga Departamental en sede de Peñarol, fue a modo de poder borrar o esbozar una tenue sonrisa, a la temporada tristísima del fútbol mercedario, no podremos esconder lo nefasto que ha sido el mismo. Un año donde ganaron los violentos y le cerraron las puertas a los escasos que siguen sosteniendo las banderas de las instituciones, personajes que no han hecho otra cosa que dañar y seguir trazando una línea de inconducta. Al momento no habrá soluciones, porque los que deben asumir los roles, siguen mirando de costado, sin llegar a fondo del tema.
No se sancionaron a los que debían, y castigaron con garrón duro a un montón de jugadores, cortando por el lado más débil. Sin embrago los que ocasionan y seguirán creando vandalismo en las canchas, se pasearán otra vez con total libertad, para plantar una bandera y volver a atormentarnos con su barbarie. No le vemos soluciones, ni a corto y ni mediano plazo. Ideas pueden haber muchas, pero que se puedan ejecutar y ser ejemplarizantes no están. La órbita de la justicia es la única arma que el fútbol tiene para lograr sobreponerse. Caso contrario seguiremos emparchando, hasta que tengamos que lamentar hechos más graves. Ir a una cancha de Mercedes por estos días, es encontrarse con alientos agraviantes, si son más intensos y llegan al hueso mejor, si poder herir al rival con hierro a fuego, el festejo será estrepitoso, por una hinchada que pide que “corra sangre”. Jugadores que entre sí se perdieron el respeto, lo humano y la amistad, golpeándose mutuamente, acorralando al otro porque fue mejor y te ganó el partido. Malos perdedores, que le toca de responsabilidad a los que están al frente, cuerpos técnicos que está a cargo, manejar que esto es un deporte, se corre detrás de una pelota y nada más. Los resultados son tres, ganas, empatas o te tocó perder. La revancha siempre estará a la vuelta nada más. El después, el resto era lo mejor que les quedaba, participar de una justa deportiva es lo más maravilloso que un ser puede tener. Pero no se entiende. El responsable siempre será el otro. Por el juez perdimos, pero cuando ganamos de este ni nos acordamos, o el rival nos pegó una patada de más y fuimos por la revancha. Esto es para los vivos, le dirán algunos. Esto es de guapos. Así se ganan los partidos quebrándole un costillar al otro. Enormes enseñanzas y cuantas prédicas. Y también de nuestra parte puede haber un margen de culpa. Salir de un campo de juego, es irse amargado, estresado de las inconductas de los que deben dar y primar con el ejemplo, eso duele aún más. Por fin se termina el año del fútbol, nadie se logró salvar, ninguna categoría, todos cayeron en la misma hoguera. Este 2018 será imborrable y en nuestras páginas quedarán para el testimonio de los que vendrán a futuro, cuando busquen en el palmarés de la Liga que sucedió ese año y porque no hay un campeón, las causas fueron que se suspendió por actos vandálicos. Así triste y presa de la violencia, la pelota quedó hecha un guiñapo, triste, dañada, avergonzada por todos.
