Al costado de la vía

Por Sebastián Pastorino

Llegó… luego de mucho tiempo llegó la alegría, como aquel 28 de abril de 1936 cuando el tren arribó por primera vez para cambiar para siempre la vida de los lugareños. Lo hizo en el vagón de los sueños, ese que es parte del ferrocarril de la esperanza, que va con más frecuencia a otras estaciones que a la del kilómetro 390 del ramal Nico Pérez-Río Branco donde a orillas del Arroyo Parao está Vergara.

Dicen que la línea ferroviaria sigue activa… dicen. Pero activa no es sinónimo de viva… viva era cuando llevaba y traía personas e ilusiones, encuentros y desencuentros, alegrías y tristezas, cuando en el andén bajo el pequeño alero se mezclaban los abrazos con el llanto, las lágrimas de despedida con los saludos exultantes desde alguna ventanilla en una llegada; ahora el tren solo lleva y trae cargas. Cuenta un veterano ya muy entrado en canas que en sus años mozos esperaba a una novia que iba desde Zapicán y que la ansiedad se hacía latente desde un buen rato antes al calcular que ella debía venir veinte kilómetros antes cuando con rumbo a la frontera el tren pasaba por Bañado de Oro, donde seguramente más de uno mirando el solitario paraje rural hizo una sentida reverencia en honor al pequeño Dionisio.

A una cuadra y media de aquella estación que otrora albergó tantas emociones, el último sábado de una noche de este febrero volvió la alegría. Un rato antes del júbilo interminable la selección vergarense selló su pasaje, pero esta vez a la Final del Campeonato del Este venciendo a Lavalleja… ¡si será hazañoso lo suyo que le ganó a un prócer!

Ese pequeño pueblo -Vergara- que basa su actividad en la actividad arrocera y muy poca cosa más, esta vez se agigantó ante uno de los grandes de la región y lo tumbó; es que los héroes por esos pagos no son los que se ven en las películas yankees… ¡no, no! ¡Ahí son de verdad y juegan con el corazón!

Una semana atrás habían empatado sin goles en Minas, como visita, dejando la llave abierta cuando la gran mayoría previo al partido contaba cuántos goles recibiría en tierras visitantes. No fue así.

Días antes sorprendiendo al país entero habían dejado fuera de carrera ni más ni menos que a Cerro Largo… ¡Algo tienen!

En el partido disputado este fin de semana en el “Ventura Ramiro Robaina” Lavalleja hizo todo por ganar, con sus herramientas, con su apuesta al buen fútbol; pero una vez más erró muchos goles (¡muchísimos!) y desaprovechó sus momentos de superioridad. Qué lo buscó, lo buscó, pero en el fútbol gana el que la manda adentro y no el que mereció mejor suerte.

Foto Oral Sport

En frente estuvo Vergara que no se salió de su libreto, y sabedor de sus virtudes y defectos planteó lo que debía y podía. Igual que en Minas cerró espacios, cortó circuitos adversarios, aguantó el temporal inicial y fue ganando aire y confianza. Pero a diferencia de Lavalleja que a lo largo de toda la Copa no supo elaborar planes alternativos cuando le anulaban sus principales armas, Vergara sí lo hizo obligado tras la apertura de la visita a los 14’ por parte de Gregorio Almeida y salió a buscarlo porque naturalmente el resultado parcial no le servía; ¿con qué salió a buscarlo?, en principio con la fuerza de voluntad aunque en lo que quedó del primer tiempo abusando de los centros frontales que favorecían a los defensores serranos, pero luego de la charla del entretiempo con más claridad en las ideas mediante transiciones muy rápidas hacia sus puntas y también aprovechando los errores de marca del rival en el juego aéreo -padecido a lo largo de todos los partidos-. La igualdad no tardó en llegar, y a los 11’ del complemento a través de Emerson Álvez la brega estaba 1 a 1.

Un par de penales claros para los serranos fueron desestimados por el fernandino Sotelo, y otro que de ninguna manera existió a los 31’ sí fue cobrado por el colegiado. El dueño de tantas noches de gloria y máximo goleador histórico de Lavalleja, Amorín, esta vez desvió la pelota y con ella por el costadito del palo también se fue mucho más que eso… ¿reproches al crack? “Súper Mario” no se los merece y está mucho más allá del hecho circunstancial.

Con la frente en alto. Foto Oral Sport

La contienda debió suspenderse cuando iban 34’ de esa segunda mitad luego de la agresión al asistente Taramasco (un proyectil enviado desde la tribuna lo golpeó en la cabeza), pero el árbitro fernandino resolvió seguir jugando. ¿Es cuestión de puntería? ¿Cuál es el límite para tomar una determinación en tal sentido cuando existe un acto de violencia? El partido siguió…

Si bien el trámite era parejo y de desenlace incierto, la expulsión de Gadea a los 34’ abrió para la visita una posibilidad de sacar rédito a ello, pero Vergara de “sopetón” le dio un duro golpe al mentón a Lavalleja a los 39’, cuando De Ávila se la pasó a la izquierda a Lucas y Gastón con un seco zurdazo cruzado abajo venció a Alzogaray para poner el compromiso 2 a 1. En hermosa postal que pinta lo que es el fútbol del interior, al unísono en las tribunas cual bichitos de luz se encendieron cientos de celulares y también los sueños de gloria del pago más chico que bien orejano demostraba una vez más que no se arrodilla ante nadie.

Al juego no le quedaba nada y luego del sacudón las ilusiones del “Lava” se desdibujaron como un vidrio empañado cuando entra el aire frío de afuera; pero antes de poder encontrar una respuesta y salir a quemar las naves, a los 42’ mediante una contra Martín Franca le clavó la daga en el corazón al equipo de las tierras del Libertador. Con el 3 a 1 el chiquito estaba volteando a otro gigante…

En los minutos de adición Lavalleja intentó ponerse nuevamente en partido, pero angustiado por la inminente e inesperada eliminación no logró pensar claramente y resolver en consecuencia. Pudo descontar a la espera de una hazaña, pero no sucedió lo primero y mucho menos lo segundo.

El gol de la clasificación. Foto Oral Sport

Tras el pitazo final el estadio rugió con decenas si no cientos de vergarenses que agarrados del alambrado, con los músculos tensos, roncos y con los ojos llorosos, veían como se escribe la historia. Mientras tanto aquel veterano que hace ya cinco décadas esperaba a una novia que iba a visitarlo desde Zapicán en el tren, ahora con gran parte de su vida transitada volvió a sentir en la panza aquel mismo cosquilleo… esta vez por otras cuestiones de amor.

Al costado de la vía esta vez quedó Lavalleja, eliminado del campeonato. Al costado de la vía -también- sigue Vergara, más vivo que nunca y esperando esa visita que aún nunca ha llegado.

Vergara finalista. Foto Oral Sport

VERGARA 3-1 LAVALLEJA

(0-1) 14’ Gregorio Almeida (L).

(1-1) 56’ Emerson Álvez (V).

(2-1) 84’ Gastón Lucas (V).

(3-1) 87’ Martín Franca (V).

Vergara

23- Rodrigo Leivas

4- Bolívar Mederos (82’)

22- Eduardo Álvarez

19- Martín Pereira

6- Jorge De Ávila

20- Iván Gadea

10- Luis De Ávila

8- Gastón Lucas

7- Ánderson Coronel (91’)

9- Emerson Álvez

13- Franco Castillo

DT: Luis Cesar

Suplentes

33- Marcelo González

11- José Maciel

14- Facundo Rosas

15- Leonardo Márquez (91’)

16- Jhon Fernández

17- Martín Franca (82’)

18- Maximiliano Daer

Lavalleja se despidió del torneo. Foto Oral Sport

Lavalleja

1- Pablo Alzogaray

6- Joaquín Almeida

3- Pablo Muniz (89’)

15- Mauricio Capricho

22- Gregorio Almeida

19- Germán Fernández (89’)

18- Jonathan Pérez

5- Laureano Pérez

7- Marcelo Martínez

10- Mario Amorín

8- Andrés Berrueta

DT: Gerardo Cano

Suplentes

12- Bruno Acosta

4- Sebastián Suárez

17- Manuel Abreu (89’)

20- Sebastián Sánchez

29- Laureano Larrosa

24- Martín Goñi

27- Gabriel Chaine (89’)

ÁRBITROS / TARJETAS

Jueces: Carlos Sotelo, Martín Da Silva y Federico Taramasco (Maldonado Capital).

Amarillas: Martín Pereira (V); Gregorio Almeida, Joaquín Almeida y Andrés Berrueta (L).
Roja: 79’ Iván Gadea (V).

ESCENARIO / OBSERVACIONES

Cancha: Parque “Ventura Ramiro Robaina” de Vergara.

Público: 1.600 personas.

Nota 1: Mario Amorín desvió un penal a los 79’.

Nota 2: A los 79’ el asistente Taramasco fue golpeado por un objeto arrojado desde la tribuna.