FÚTBOL PROFESIONAL
Ricardo estaba allí


Martín y Diego Ligüera en Nacional.
COMPARTIÓ LA ALEGRÍA DE SUS HIJOS
Un día decidió partir antes de lo esperado, «El lagarto» se fue y los dejó con la honradez y bonhomía de toda la vida, que contrastaba con su entrega anímica y física dentro de la cancha.
Ricardo te pasaba «el cepillo» en el césped, pero su vida estaba dedicada a la carpintería y a sus hijos que desde que el más grande se fue a «probar suerte», un día Graciela le compró un colchón para que pudiera descansar bien, allí podía estar su futuro. La funda del colchón era verde, verde esperanza.
En la carpintería Ricardo compartía sus pasiones por el trabajo y el fútbol donde mantuvo la bandera en alto del club de su alma que le dicen «azulgrana» pero son tres colores como los que defendieron sus hijos.
El miércoles, el barrio «Los Álamos» a la hora de la siesta estaba todo frente a la tele, Florida como casi todo el país se puso frente a la caja esperando que los hijos pródigos, dieran la vuelta
Sebastián cerró su negocio, Graciela tampoco se lo podía perder. En un lugar de privilegio, estaba él, Ricardo, esperando se diera la vuelta en el complejo de los «Bichos Colorados».
El abrazo final entre Martín -el del colchón verde esperanza- y Diego, tuvo la alegría y las lágrimas del «Lagarto» que también estaba junto a ellos.
Al volverse les dijo – m´hijo, sigan donde están, que ese es su lugar- y sus hijos le respondieron como la clase de gente que el inculcó.
Nuestras felicitaciones a Martín y Diego, como también al capitán Sebastián, Graciela, como a todos sus familiares por la obtención del bicampeonato con Nacional.
*En memoria de Ricardo Ligüera.
